martes, 9 de noviembre de 2010

Perdida

Que hago ahora con esto que siento. La ausencia duele demasiado, la ignorancia y el desconcierto hacen de mi dolor una angustia llena de temores y miedos que merodean  e inquietan mis demonios. Complices de toda mi vida, siempre fieles a mi sufrimiento. Incapaces de dejarme y de olvidarse de mi. Entre caminos solitarios me acompañan siempre, con las burlas y los insultos, por lo menos se que algo merezco de todo esto. Las inquietantes mañanas, las aborrecidas noches y las madrugadas tormentosas, son claras insinuaciones del reflejo de mi vida, lo que tengo lo merezco, así que ya no me opongo.... acepto la condena, acepto la miseria, acepto mis demonios y acepto las condiciones... estoy perdida y así quiero permanecer.

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