Miradas que llaman, que insisten, que entran y a su paso habren mas que el alma y el ser; miradas simples que dicen mas de lo que deseamos y esperamos escuchar; miradas que suplican un espacio, un tiempo, un inicio y un final; miradas sigilosas que dominan incesantemente la espesura del carácter resumido en la nada, en lo oculto que no reclama y que al contrario se deja dominar para no ser mas de lo que ya es.
Solo miradas que te dicen todo y nada a la vez, solo miradas que se apagan y en la penumbra del ser se extinguen después de ser la mas iluminada.
Ya unicamente quedan miradas que se callan por siempre ante la doliente soledad que se acerca hasta el ultimo minuto en que las otras miradas vacías han partido a otro rumbo.
Miradas que ya no tiene visión, ni nada por ver, se han ido, se han muerto... se han quedado ciegas de tanto tormento.
